La política y las religiones: Vinagre y aceite

Douglas Vicente Marval Aguilar 14 de febrero de 2023 Opinión 1 Comment 94 Views

Me colocaré mi traje de venezolano, el escudo de las letras y la lanza de mi lápiz para redactar estas letras porque sé que algunos se sentirán aludidos directamente y ese o esa persona aludida esgrimirá (con o sin asidero alguno) sus explicaciones pero para consigo o de sus seguidores que siempre le darán la razón, por ser eso, seguidores emocionales y más si tiene tonos espirituales.

La “gente de a pie” de la sociedad actual que usa la razón como arma y no la emocionalidad ve con suma preocupación como la Política ha ido invadiendo a la vulnerabilidad de las religiones (Católicos, evangelio entre otras denominaciones) Y haré hincapié que con estas letras no quiero buscar conflictos estériles con nadie, porsia algún sesudo venga con algún ataque sin fundamentos ya que las pieles sensibles están allí, buscando dar veredictos.

Es imposible que evangélicos estén participando en la política porque eso no está escrito en ningún lado de las santas escrituras. Soy hijo también de Dios como todo ser humano. Eché manó de una herramienta tan esencial en estos tiempos como lo es el buscador Google para ver si en alguna estrofa, versículo podría encontrar algo que dijera que el evangelio llegaba de la mano de la política e indicó como resultado “No”.

Conseguí esto allí; abro y cierro comillas: “¿Podemos tener opiniones políticas fuera de las consideraciones de nuestra fe cristiana? La respuesta es no, no podemos. La Biblia nos da dos verdades en cuanto a nuestra actitud hacia la política y el gobierno (…) La primera verdad, es que la voluntad de Dios impregna y reemplaza cada aspecto de nuestra vida. La voluntad de Dios es lo que tiene prioridad sobre todo y todos (Mateo 6:33). Los planes y propósitos de Dios están prefijados (…) En segundo lugar, debemos estar conscientes del hecho de que nuestro gobierno no puede salvarnos. ¡Solo Dios lo puede hacer! Nunca leemos en el Nuevo Testamento, que Jesús, o cualquiera de los apóstoles invirtiera ni tiempo ni energía enseñando a los creyentes sobre cómo reformar al mundo pagano de su idolatría, inmoralidad y prácticas corruptas por medio del gobierno”.

Se han convertido en eso, Aceite y Vinagre que nunca se pueden mezclar. Pastores (¿Pastores?) haciendo partidos políticos y actuando directamente en la política buscando beneficios y descarrilando a sus seguidores hacia la tentación de entrar en la corrupción que como todos saben es un pecado que está en nuestra sociedad.

Pastores y pastoras con lujos, haciendo tienda aparte, enfrentándose con otros también que se han convertido en los nuevos eruditos porque son ellos los saben todo y los demás no. Y como dice un viejo “meme”: Había que decirlo y se dijo.

El político quiere es “su voto” para ellos mantenerse en el poder y ofrecen en la vulnerabilidad actual ciertos beneficios materiales que no tiene nada que ver con la espiritualidad de Cristo. Los religiosos también son ciudadanos que les afectan los desaciertos en materia económica y social. Tienen también el voto de decidir. Pero es ese un deber como ciudadano y no debe ser mezclado con la política. Esas acciones hacen que la gente y nuevos creyentes de la fe cristiana se decepcionen y se aleje de Cristo porque están dando mal testimonio de la palabra. A todos los meten en “el mismo saco”. La incompatibilidad es de su conocimiento pero van para adelante sin importarles nada. Es la pelea entre Satán y el Bien: ¿Y de que parte está usted?